9/20/2008

Desperdicio


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Crearse toda la verdad en base a las mentiras que dictaba su razón. Toda la vida se basa para algunos simplemente en esa teoría; El vivir a diario bebiendo la sangre de aquellos a los que se odian y no se sueltan.

Irse y dejar ir consistiría en algo imposible de sobrellevar, en el pequeño inmenso mundo no les cabría la chance de no dar final al final mismo, siempre habría una forma de devolver la tajada, aunque esto ameritara ensuciarse metiéndose en la mierda y removerla hasta que la capa superior, ya seca por el tiempo, quedara encapsulada en el fondo del recipiente de los recuerdos.
Algún día debería enfrentarse al espejo de sus actos y ese día por fin había llegado.

Un nombre oscuro emerge de la niebla formando la silueta de una imagen olvidada, trayendo consigo los sonidos de un alma que, como compases de un piano arraigado en el paisaje del olvido, retrata las notas perdidas marcando el compás de un latido.

Le veo emerger de las tinieblas de mi silencios y temo por mi apacible letanía que domesticó tanto mis pasados días, los años que se fueron encapsulando en un feroz intento por escapar al vértigo de soñar despierto y realizar música con los versos.

Temo al mirar; porque mirándole me miro y no me veo más que en un destello de crueldad y es la soledad la que exige el pago de mi mentirosa felicidad, que como recibo que alguna vez- Tonto de mí - He dado como pagaré por los siglos que han sido.

Hoy me siento en mi lecho y sé que es la muerte anunciada quien me deviene en ganas de tomarme y por alguna razón extraña , si bien tengo terror, la calma me mancilla la mirada que la mira nuevamente mirándome, perdiéndome en un sin fin de ausencias semejantes a la resignación.

He aquí mi vida al poniente, un camino transitado sin esfuerzo por la misma nada y que a cultivado justamente el recuerdo de un pacto que hoy ha de ser pagado; con mi vida no vivida, con un presente plagado de pasado y un futuro que se pierde en la mirada oscura de los ojos que me ven, máscara insomne y desecha como desechas están mis excusas, acusándome de no tener más vivencias para enfrentarla que el cristal roto del espejo de mi vida.

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