10/21/2015

.
Virgilio Díaz Grullón(República Dominicana, 1924-2001)


Caín


         El mensajero de la oficina colocó la tarjeta sobre el escritorio, Vicente la miró distraídamente y la rodó hacia un lado con el dorso de la mano, concentrándose de nuevo en la lectura del documento que tenía enfrente. Aunque había posado por un instante los ojos sobre las letras impresas en la pequeña cartulina, su significado apenas rozó la superficie de su conciencia y fue sólo un rato después cuando las letras parecieron ordenarse en su cerebro y formar el nombre que ahora surgía con pleno significado para él.          —Leonardo Mirabal —, dijo en voz alta complaciéndose, como antes, en la sonoridad de las palabras. Reclinándose en el respaldar de su lujoso sillón de cuero, Vicente se sumergió en recuerdos antiguos mientras se acariciaba la mejilla con el canto afilado de la tarjeta. ¡Qué lejanos le parecieron de pronto aquellos tiempos del colegio! El primer día de clases: los muchachos corriendo hacia las puertas enormes, gritando y riendo mientras el, esquivo y huraño, se pegaba a las paredes con los libros bajo el brazo; y las voces que pasaban rozándolo: “¡Leonardo, ahí viene Leonardo!”; y la conversación sorprendida al entrar al aula: “Leonardo, ¿me explicas este teorema?, no puedo entenderlo; y en el primer recreo, el muchacho debilucho que decía: Leonardo: ¿me dejas entrar al equipo?, he practicado mucho en las vacaciones... ”         Vicente apretó con el dedo el botón nacarado del timbre y ordenó al mensajero tan pronto abrió la puerta.         —Haga pasar al señor Mirabal.—         Maquinalmente se arregló un poco el cabello con las manos y se ajustó el nudo de la corbata.         —Con permiso —, decía el hombre en voz baja, de pie en el hueco de la puerta         Vicente se levantó de un salto de su asiento y caminó hacia él con las manos extendidas, observándole a los ojos ¡Dios mío, qué cambiado está!, y diciéndole apresuradamente:         —Por favor, Leonardo, pasa adelante. ¡Cuánto tiempo sin verte! —         Después de apretarle las manos entre las suyas, le palmeó la espalda ¡qué flaco está y qué amarillo!         —Anda siéntate. ¡Qué sorpresa más inesperada y qué gusto me da verte!         Leonardo se sentó en el borde de la silla que le ofrecían y. conservó el sombrero girando entre las manos mientras decía con suavidad:         —Yo también me alegro mucho de verte, Vicente. ¡Hace ya tanto tiempo!... Temí que ya no te acordaras de mí.         —¿No acordarme de ti?, pero, ¿estás loco?... ¡Cómo has podido imaginar semejante cosa!         Vicente se sentó de nuevo y mientras lo hacia le pareció de pronto verse a sí mismo en medio de la multitud que colmaba el salón de actos del colegio, y casi oyó la voz del maestro de ceremonias:... “Y ahora, Leonardo Mirabal, ganador de la medalla de mérito, va a dirigirles la palabra en nombre de sus compañeros”...         La voz del otro lo sustrajo bruscamente de sus reminiscencias;         —No nos veíamos desde la graduación, ¿no es cierto?         —No, Leonardo —le contradijo—. Desde un año después de aquella fecha. Desde el 15 de septiembre de 1930, exactamente. Aquel día embarcaste para Europa a hacer el curso de post-graduado y yo estuve en el muelle para despedirte.         —Vaya, tienes una memoria estupenda. La verdad era que no lo recordaba.         Leonardo pareció que se disculpaba. Vicente se recostó en el respaldo de la butaca y apretó los puños bajo el escritorio al recordar la voz suave del director del colegio mientras le decía: “Lo siento mucho, señor Izaguirre, pero usted no ganó la beca. El señor Mirabal le sobrepasó por cuatro puntos”. Y la respuesta humillante de él, que todavía lo hacía enrojecer: “¿Mirabal? ¡Oh! Creí que no competiría... ”         —Todo este tiempo he estado preguntándome lo que habla sido de ti—, dijo en voz alta.         El otro hizo un gesto vago con la mano y respondió mirando hacia el suelo:          —Me han pasado muchas cosas desde aquellos días. No he tenido suerte, ¿sabes? Malos negocios... Locuras de juventud... Pero sobre todo mala suerte, mucha mala suerte.         Vicente se inclinó hacia adelante:         —Pero, Leonardo, no puedo explicármelo. Fuiste siempre el primer alumno del colegio... Hiciste una carrera brillante.         Leonardo habló sin quitar la vista del suelo:         —Si, una carrera brillante hasta que salí del colegio... ¿Sabes, Vicente? Creo que me hizo mucho daño el que allí las cosas me resultasen tan fáciles. Llegué a pensar que sería lo mismo afuera y, en cambio, ¡todo resultó tan distinto!... El día de la graduación parecía que tenía todo el mundo por delante...         Vicente, mientras lo observaba con mirada inexpresiva, continuó para sí el curso de las palabras del otro:... Y lo tenías, ¡claro que lo tenías! Estabas justamente entre el mundo y yo. Lo fuiste tomando todo a tu paso. Para mí no quedó más que lo que dejabas, porque siempre llegaba a todas partes un poco demasiado tarde: exactamente dos pasos después que tú...         —Pero, ¿y aquel matrimonio tan brillante que hiciste? —preguntó en voz alta.         —¡Ah! ¿Te enteraste de eso?... Duró poco. Apenas un año. Todo cuanto emprendí fracasaba, y mi matrimonio no fue una excepción. No podría decirte, Vicente, cuándo la suerte me dio la espalda. Quizás siempre me persiguió la fatalidad, o tal vez fue sucediendo poco a poco y no me di cuenta sino cuando ya era demasiado tarde. Lo cierto es que cuando intenté reaccionar, no contaba ya con nadie. Los que antes me adulaban, me volvieron la espalda. Las puertas que antes se abrían solas a mi paso, permanecían cerradas ante mis llamados desesperados... ¡No tienes idea de lo cruel que puede tornarse la gente!...         Leonardo hizo una pausa, y luego, tomando una súbita decisión, miró al otro a los ojos y exclamó:         —Tienes que ayudarme, Vicente. Eres la última persona a quien acudo. No quise hacerlo hasta ahora por que no quería mezclar mi vida de colegio con este vía crucis por el que estoy pasando actualmente. ;Aquellos tiempos fueron tan hermosos!... Pero todo ha sido inútil: ninguno de los otros ha querido ayudarme...         Vicente se puso en pie y miró desde arriba la figura encorvada en el asiento.         —¿Y qué puedo hacer por ti, Leonardo?         Respondió con voz anhelante:         —Sé que el Doctor Jiménez, tu compañero de bufete, se retira Me han dicho que andan ustedes buscando un substituto... Dame esa oportunidad, por favor, Vicente.         Él permaneció un rato mudo, mirándole siempre desde lo alto, mientras recordaba el día de la entrega de trofeos, cuando el funcionario del Gobierno ponía en manos de Leonardo la copa de plata que el equipo del colegio había ganado en las competencias deportivas del último año. ¿Era este hombre acabado, vencido, que estaba allí sentado, humillándose, el mismo muchacho alto, hermoso, fuerte que había recibido aquel trofeo?... Se inclinó sobre él y poniéndole una mano en el hombro le dijo:         —No te preocupes, Leonardo. Hablaré hoy mismo con Jiménez. Cuenta con mi ayuda.         —Gracias, Vicente —le respondió mientras le estrechaba las manos con efusión—. Sabía que no me fallarías.—         Sonrió ampliamente y salió del despacho haciéndole desde la puerta un saludo con la mano.         Casi al mismo instante, la puerta lateral que daba junto al escritorio se abrió con suavidad y una cabeza canosa se asomó por el hueco preguntando:         —¿Alguna novedad, Vicente?         Vicente tuvo un pequeño sobresalto y poniéndose en pie respondió:         —Ninguna, Dr. Jiménez. Un solo visitante durante su ausencia. Justamente acaba de salir... Un tipo sin importancia a quien conocí hace años...         Y cuando la cabeza desapareció, Vicente sacó su mechero de plata del bolsillo, lo encendió con un movimiento del pulgar y lo acercó a la tarjeta que tomó del escritorio, manteniéndolo allí hasta que ésta ardió totalmente con una llama rojiza y brillante.

8/15/2012

Pequeño dialogo inconexo.




              ÉL: Tengo ganas de sentarme y ver pasar la vida, lobo.
                                                 Yo: ¿Y por qué no lo haces?
                                                 ÉL: porque soy ciego, pelotudo.
                                                 Yo: ¬¬

7/31/2012

Nunca es triste la verdad...






Cuéntale a tu corazón que existe siempre una razón
 Escondida en cada gesto 
 Del derecho y del revés; 
 Uno es solo lo que es y anda siempre con lo puesto... 
Nunca es triste la verdad... 


 Lo que no tiene es remedio.




Serrat.

7/30/2012

El tiempo





Nacemos para vivir, por eso el capital más importante que tenemos es el tiempo, es tan corto nuestro paso por este planeta que es una pésima idea no gozar cada paso y cada instante, con el favor de una mente que no tiene limites y un corazón que puede amar mucho más de lo que suponemos. 


 Facundo Cabral

7/22/2012

4 de Julio. Día D

El eterno problema de escribir... Si yo supiera como remediarlo, con gusto lo haría, ésta es la primera vez EN AÑOS que me siento a escribir nuevamente, según mi actual EX psicóloga, tengo una tendencia casi camikase a encerrarme en mi propio mutismo, y digo EX porque después del 4 de Julio de este mes, sin decirle una palabra,la mandé bien a la recalcada concha de su madre. ¿Qué por qué la causa? Simple; según mi punto de vista, estoy podrido del mundo y sus pelotudeces, de los idiotas que no hacen otra cosa que exhibirse en un face y en persona se comen los mocos, en las histerias y las hipocresías colectivas, en las quejas cotidianas por nimiedades, en el gran problema de la gente que es sentir que piensan cuando no saben siquiera que significa la palabra. Pero por sobre todas las cosas, estoy harto de la gente "cabeza", del negrito de mierda que se escuda en su pobreza psicológica y material para meterte caño, para apurarte y quemarte los sueños y el esfuerzo del trabajo diario, estoy podrido que tenga más derecho un forro que vive en una villa y toma un tetra y cobra el plan trabajar rascándose el higo todo el puto día y uno, que vive con un cohete en el orto, tenga que vivir pagando cosas que le cobran y jamás le dan, claro ejemplo el impuesto de ABL municipal o la patente de mi moto en mi caso; te cobran por tener un negocio a la calle o transitar con tu vehículo, pero las calles de BS AS son un asco, sobre todo en provincia, los tres últimos accidentes de moto que sufrí el año pasado, fueron por el estado de las calles y la irresponsabilidad del conductor. Mi vieja, hace tres meses atrás sufrió un accidente en la calle también por el mal estado de las mismas, se cayó y se quebró el codo, al no tener obra social terminó en un hospital público y luego de idas y venidas, un mes después de dolores interminables la operaron colocándole una prótesis y recién hace poco empezó a trabajar, pero lo cómico, es que el municipio que es el causante del estado de la calle donde se cayó, le sigue cobrando el ABL al igual que a mí, es injusto, tanto esto como el hecho de que yo, un simple servidor, tuvo y tiene que estar manteniendo dos casas, dos negocios, 7 bocas y 5 mentes durante casi 3 meses, durmiendo 3 horas por día, corriendo para todos lados y tratando de mantener una sonrisa a todo momento, lo cual más de una vez se trocó en una sarta de puteadas interminables y bien asentadas y justificadas. El caso es lo que pasó el 4 de Julio ¿vio? Porque hablar, hablamos todos y hablamos de lo que sea porque quejarse es gratis, lo mismo que buscarle el pelo al huevo para estar mal cuando deberíamos mandar todo al carajo y tratar de buscar soluciones y no más quilombos. Y digo que el tema de todo esto es el 4 de Julio porque es un día (o una tarde) que no voy a olvidar nunca más en mi vida, no porque haya sido uno de esos días maravillosos, sino porque justamente fue el peor día de mi vida. Resulta que yo tenía cita con mi psico a las 14.00 hs, llegué como es mi costumbre, 15 minutos tarde, ya había gente esperando y cuando una estúpida me dijo que ella estaba antes que yo le dije "ok, lo que quieras, pero yo tengo turno a las 14.00" a lo cual respondió calmadamente, como quién sabe hacer un culo y se arremanga mirándote con los pantalones bajos "ah bueno, a las 14.00 nos dio turno a todos". Me la quedé mirando y supe instintivamente que me había hecho el culo con esa respuesta, me quedé callado, me puse los auriculares y esperé... Una hora después había pasado una persona y tenía todavía a otras dos delante mío, 15.30 hs y algo me decía que me vaya a la mierda pero como siempre, no obedecí a mi voz interna e hice lo que se me cantó, así me va a mi por eso... Me terminó atendiendo a las 16.45hs, casi tres horas esperando para que me atienda y cuando lo hizo, tardó 10 minutos en pegarme una patada en el culo, durante la cual tuvimos una charla semejante: Ella: ¿Como estás encanto? Yo: No me quejo, salvo por el tiempo pero hay un tema que me interesaría ver si puedo descubrir... No sé por qué no puedo volver a escribir, quizás sea porque en mi pasado, escribir me trajo muchos problemas con las mujeres, incluso un par me persiguieron bastante tiempo inflándome las pelotas e hiriéndome por todos lados con sus comentarios... Seamos sinceros, la mujer es un bicho raro y vengativo. Ella: (riendo) No creo que el problema sean las mujeres sino tu gran problema al apego y al mostrarte, te negas a sentir, lo cual es lo que te trajo acá desde un primer momento ¿te acordás? Yo: Si si, me acuerdo, pero... ¿Como sentir algo en esta sociedad de mierda? Llena de negros de mierda que se escuda en su pobreza psicológica y material para meterte caño, para apurarte y quemarte los sueños y el esfuerzo del trabajo diario, estoy podrido que tenga más derecho un forro que vive en una villa y toma un tetra y cobra el plan trabajar rascándose el higo todo el puto día y uno, que vive con un cohete en el orto, tenga que vivir pagando cosas que le cobran y jamás le dan... Ella: ¡¡¡Hay Facundo por favor!!! No podés pensar así, tené en cuenta que tus hijos te escuchan y le estás inculcando eso a ellos y al fin de cuentas, vos vivís para darle todo a ellos, no hay un segundo que no estés pensando en ellos, así que, vamos a hacer una cosa, quiero que medites para la próxima vez que nos veamos, el por qué te volviste tan cerrado ante el mundo, qué es lo que hace que sientas que ya no podés sentir nada hacía el prójimo y lo charlemos ¿Si? Me la quedé mirando sabiendo que me estaba echando porque ya no tenía tiempo para mí, quería irse hacía un buen rato y lo que menos hizo fue escucharme, me despedí y me fuí caminando mientras fumaba un cigarrillo, puteando que mi moto estaba en el mecánico por dos días más todavía y que justo ese día, gris, lluvioso, asqueroso y frío, yo no solo me sentía solo y triste, sino que tenía un presentimiento de que algo no estaba bien, meditaba las palabras de la doc y me echaba la culpa de haberme vuelto tan frío y cínico ante el mundo. Si, seguro el mundo no era como yo lo veía, sino como me decía ella que era, si yo lo veía gris era porque yo estaba deprimido, seguro. Eran las 17, 20 hs. Tardé en llegar a casa, decidí tomarme el día laboral y meditar sobre mis mambos, así que luego de dar varias vueltas por ahí, de preocupar a varias personas por mi ausencia física, decidí volver a mi casa a estar con mis hijos y mi ex esposa, cuando llego, una nube psíquica de tensión y misterio reinaba en mi casa, pensé, en mi soberbio narcisismo que se trataba por mi ausencia, mi ex me pide que me siente y me dice, junto con mis hijos: "Quiero que me escuches atentamente, pasó algo terrible hace un rato en la escuela... Vos viste que Sebastián sale de la escuela a las 17.00 hs y yo me quedo con él hasta las 17.00 hs que sale Alexis ¿no?" Yo asentí mudo presintiendo algo complicado y muy jodido. "Bueno, eran las 17, 20 hs y Seba me pidió ir al baño, yo lo solté un instante para pedirle a la portera de la escuela si lo dejaba entrar para ir al baño, la portera me dijo que no podía porque ya no había nadie en la escuela, cuando me día vuelta, Seba ya no estaba... Fue secuestrado por un tipo que se lo llevó a tres cuadras de la escuela..." Yo solo atiné a mirarlo a Sebastián quién estaba al lado de la madre y se largó a llorar a moco tendido, lo abracé con fuerza y lo consolé, pidiéndole a Marce (mi ex esposa y madre de mis hijos) que me contara lo que pasó, ella en medio de un mar de lágrimas continuó "Por suerte el padre de un compañero de Ale estaba con la camioneta y salió a buscarlo al ver mi desesperación, yo lo buscaba por toda la cuadra y los negocios que había alrededor, nadie había visto nada y casi me desmayo, no lo hice porque Ale justo había salido de la escuela y estaba conmigo buscándolo, el padre del compañero de Ale lo encontró a Seba a tres cuadras, en una esquina donde había una panadería, al parece una pareja de gente mayor lo vio cruzar la calle llorando y lo consoló, cuando apareció el padre del compañero de Ale que alegaba que lo conocía a Seba, esta pareja le dijo muy sabiamente "¿vos conoces a la madre?bueno andá a buscarla porque de acá el nene no se mueve sin ella" entonces me vino a buscar a la escuela y me llevó donde estaba Seba, por suerte no pasó a mayores, por lo que Seba me contó, era un tipo que se lo llevó a rastras desde la esquina, donde Seba se había ido cuando le solté la mano, cuando se lo llevó tres cuadras no sé por qué se puso nervioso y lo soltó, diciéndole que cruzara que iba a pasar un auto con un tipo y un nene y se lo iban a llevar a su casa, esta familia lo vio y lo protegió, pero nadie vio a este tipo..." Yo la miraba impávido, un poco por la conmoción de la noticia,un poco porque no estaba preparado para semejante situación, actué con frialdad, con esa exquisita frialdad que me caracteriza y tomé cartas en el asunto rápido, le pregunté una serie de cosas a Sebastián sobre la situación y lo que recordaba del tipo, lo calmé y empecé a hacerle bromas como para tratar de evitarle un post trauma o como se diga, la idea es que no se asustara posteriormente, entablé una serie de reglas de prevención con mi hijo mayor y mi ex y abrazándola le dije al oído "entiendo por lo que estás pasando pero ahora tenés que ser fuerte, si querés llorar encerrate en el baño y hacelo, pero delante de los chicos mostrate fuerte, porque yo solo no voy a poder sacarlos a flote ¿ok?". Llamé a una amiga mía que tiene una hija de 10 años, casi la edad de Seba que tiene 8 años y le conté lo que había pasado para que también tuviese cuidado, luego al cortar hablé con mi hijo mayor, de 13 años para ver como estaba y cuando me pareció que estaba todo más o menos bien, fui a hacerla denuncia policial. Ahora que lo pienso, ahora que estoy escribiendo estas memorias en el mismo cuarto donde duermen mis hijos y yo, los veo dormir calmadamente, los oigo y los huelo tirarse pedos y hasta su aroma es dulce, por más que quién lea esto sea tan estúpido como para pensar que un pedo de un hijo es asqueroso ¿Sabes que pasa? Es un pedo vivo. Es sano, es tuyo. Esa misma noche, cuando ya estaban durmiendo, logré caer y caí con fuerza, como siempre lloré poco pero me imaginé lo cerca, lo cerquita que estuve de perder para siempre a mi hijo menor, una criatura llena de ternura, expectativas, esperanza y vida. Me imaginé lo que ya sé que le iban a hacer porque por acá, es moneda corriente que secuestren chicos, los violen, los abran en canal y le vendan los órganos para tirar los restos en la calle como si fueran una bolsa de papas vieja, me lo imaginé así y por dentro lloré con la misma intensidad que lo hago ahora, maldiciendo no poder derramar lágrimas por fuera, el mínimo consuelo de cualquier alma terrenal. Y ahí caí que si yo no me hubiese quedado esperando que me atienda la psicóloga, hubiese ido yo a buscar a mis hijos y esto jamás habría pasado ¿que soy yo el que está errado con respecto al mundo? mientras esa estúpida psicóloga me decía que la gente es buena y que el país no está lleno de negros de mierda, un negro de mierda se llevaba a mi hijo para matarlo pero si, también hay gente buena que lo cuidó y que se preocupó,pero ellos no son el problema, el problema tampoco es la puta palabra inseguridad, el problema es el negro hijo de puta que te hace vivir con inseguridad. Este mundo se está yendo a la mierda, eso todos lo sabemos pero no hacemos nada, solo compramos celulares nuevos y ocultamos la cabeza en llorar por problemas menores. Para mí, el antes y después del mundo se marcó con la casi pérdida de un hijo y eso, eso realmente es jodido, no hay nada que se compare a saber que te sacaron a tu hijo para matarlo, el saber que nunca más lo vas a volver a ver, el saber que te robaron lo más importante del mundo. Entonces miro las fotos de las chicas que ponen su culo o sus tetas ante la cámara y me parecen ridículas, miro los comentarios de los que creen que pueden salvar al país y me parecen pedantes, miro a la chica que llora porque no la llaman o al pibe que solo piensa en ir a joder a la noche y me parecen idiotas. miro a mi vieja y sus quejas por cosas que no puede solucionar y que tiene que aguantar y me parece incongruente, me miro a mi mismo, con mis pequeños mambos del pasado, y me doy lástima por lo estúpido que fui... ¿Que tuve una vida de mierda? ¿Quién de una forma u otra no la tuvo? ¿Que me volví frío y distante? Todos en algún punto rompemos nuestra burbuja de cristal y caemos en que el mundo idealista que creamos no era otra cosa que una fantasía pero la vida sigue ¿Sabes? A mi no me puede venir a juzgar nadie y mucho menos una pelotuda que porque tiene un máster en psicología y tiene un baño azulejado, puede creer que todos también lo tienen. yo he pasado frío, hambre, dolores más allá de lo imaginable, luché por causas perdidas y logré hacer vivir sueños. Soy esto que simplemente escribe y día a día trata de sobrevivir educando a dos futuros excelentes hombres, uno médico, el otro soñador por el momento y si me equivoco y les enseño a equivocarse a mis hijos, lo hago porque soy humano, pero no soy un pelotudo que vive de arriba justificando mambos estúpidos a falta de otra cosa que hacer. Prefiero mi frialdad ante la vida, ahora lo sé, No fue suerte que mi hijo menor haya sido salvado, sino que fue Dios quién así lo quiso, y es Dios quién también me `permite ser como soy, hay un motivo para que seas así, hay una misión donde tengo que ser así porque nadie más va a poder serlo en determinado momento. Aquél que se juzga continuamente pero no se perdona, no evoluciona. Se estanca en el pasado y en lo que fue. La vida es seguir adelante, darse la mano con tu igual, disfrutar y aprender a disfrutar del dolor y del placer, no cerrarse. Yo aprendí que ya nada tiene sentido para mí, mientras yo estaba pensando en mi, mientras era "yo, yo y yo" otros me necesitaban en serio, otros son mi presente y eso es lo único que me importa realmente, mis hijos porque son mi responsabilidad y me necesitan y su madre porque es una extensión de mis niños. El resto, lo tomo como tiene que venir, sin teatros ni dramas, ya no más, los libretos los hacemos todos pero los papeles para actuar los elige cada uno. Ojalá algún día conozca a alguien que sea mi igual y pueda detenerme a charlar con esa persona y aprender algo nuevo, extraño mucho el interesarme por algo y extraño escribir con esa melodía que antes era ta hermosa en mis manos, pero cada cosa a su tiempo. Lo más importante por ahora es ocuparme de mí y de los míos. El mundo que se quede con el mundo y que se acerque quién tenga la valentía de contarme una historia original.

7/18/2012

Memorias de una fiesta inconclusa









(…) “-Todo esto me parece hueco ¿sabe? 
Me acuerdo que hace años, en casa se daba una fiesta. Mi niñera ya me había acostado, pero yo tenía una enorme curiosidad por ver el mundo prohibido: Las joyas y los escotes de las damas, el frac de los caballeros, los músicos de la orquesta. Me escapé de la cama, descalza y en camisón, a pesar del frío, y me acomodé en un recodo, detrás de la baranda de la escalinata. No recuerdo haber tenido una desilusión mayor.
-¿Por qué?
-Porque todo era hermoso pero a la vez estúpido. Y fugaz. Como los colores de una pintura que se va deshaciendo y desdibujando a medida que se aplican los trazos.
Pensé que a la mañana siguiente el piso estaría lleno de pétalos marchitos, alguna copa rota, restos de comida, manchas. Y que en una o dos horas el servicio habría barrido y limpiado hasta el último rastro. Nada, nada quedaría de la fiesta ni tampoco de las personas que estuvieron allí. Ni siquiera la estela de un perfume. Comprendí –aunque entonces no podía expresarlo- que todos nosotros, yo misma también, girábamos en el vacío (…)




Maria Rosa Lojo.

7/13/2012

Cartas marcadas


"Yo, el general Li, que he sido enviado
por el Hijo del Cielo a estas regiones
a restituir áureas jerarquías
quise volver al premio y al castigo
y al regreso de idénticas caricias
al lecho persistente y respetado.

Pero cuando avanzaba enarbolando
el bastón de la Ley de esta provincia
a la luz repentina de un recuerdo
vi que no era un bastón sino una flauta
lo que mi mano sostenía
y vi que no era yo, Li el delegado,
sino Po Chang, el trovador borracho
que se burla del Cielo y la Vida.

Volví entonces al vicio y al pecado
y mientras vomitaba en la taberna
otro general Li y otros soldados
me encerraron en una oscura celda
que al rato fue jardín y después campo
y calle, y río, y cielo, y lecho, y nada."


Dolina. De su libro "Cartas Marcadas"