por el Hijo del Cielo a estas regiones
a restituir áureas jerarquías
quise volver al premio y al castigo
y al regreso de idénticas caricias
al lecho persistente y respetado.
Pero cuando avanzaba enarbolando
el bastón de la Ley de esta provincia
a la luz repentina de un recuerdovi que no era un bastón sino una flauta
lo que mi mano sostenía
y vi que no era yo, Li el delegado,
sino Po Chang, el trovador borracho
que se burla del Cielo y la Vida.
Volví entonces al vicio y al pecado
y mientras vomitaba en la taberna
otro general Li y otros soldados
me encerraron en una oscura celda
que al rato fue jardín y después campo
y calle, y río, y cielo, y lecho, y nada."
Dolina. De su libro "Cartas Marcadas"
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