Mirar
No es la imagen que quería poner pero no me sorprende, tampoco esperaba aparecer de nuevo por estos lares, ni siquiera tratar de hacer danzar los dedos sobre el teclado creando una música que antaño era melódica y ahora resulta torpe... "No tengo pie izquierdo" Diría un cojo, pero yo no soy cojo, más irónicamente soy Manco.
¿Podré con esto de nuevo?
No es de extrañar que después de desaparecer por un siglo y más, todavía alguien me recuerde y es por eso que esta sala está tan vacía, oscura y en soledad.
Miro mi mano y casi no la veo, siento como si la arena del tiempo se escapara entre mis dedos pero entonces entiendo que, a pesar de toda esta oscura soledad, aún distingo vestigios del pasado y eso, me consuela.
Quizás no sea el pasado, aunque esta sala está colmada de recuerdos, de rostros que ya no están, de palabras que alguna vez significaron algo... ¡Tengo tantas cosas para contarte! pero quizás deba empezar a hablarle a la nada, a estas paredes y sillas vacías y en sombras, cubiertas de telarañas.
Así siento mi alma, pero no estoy triste, me acostumbré a sonreír por fuera y llorar por dentro, a ser fuerte y buscar opciones, salidas, soluciones al hoy, pero nunca pude separarme del todo del recuerdo, la culpa, la pasión. Y el error.
Es que ¿Cómo te explico? Algo pasó en el camino, pasó la vida entera avisando que detrás mío todavía falta más por pasar, así que no puedo bajar los brazos pero eso, no significa que tenga que sostener el mundo entero. No, hay una diferencia entre ser responsable de mi mundo y ser el que tiene que hacerse responsable del mundo entero. Porque ¿Viste? Se trata un poco de eso también, te hacen cargo de todo, siempre en cuando compres ese paquete, hoy das una mano y mañana estas hasta el cuello de todos los dramas sociales, vos sos Dios y Satán, sos culpable siempre de lo que les pasa a los demás ¿Entendes? hagas lo que hagas siempre sos el responsable si lo permitís.
Pero ojo, tampoco hay que ser egoísta y pensar solo en lo que a uno le hace bien porque sino te quedas solo, es una cuestión de transar con la sociedad y la vida, un trueque con la fortuna que no siempre te hace el mejor precio.
¡Vaya! Que fácil termina resultando esto al fin de cuentas ¿Por qué será que nos aislamos tanto y nos negamos a hablar en voz alta sobre lo que sentimos?
Cuando era chico pensaba que los que hablaban solos estaban locos, ahora entiendo eran más sabios que uno, y eso, siempre va a haber en el mundo. No todos los viejos son sabios, pero unos cuantos sí lo son. Que copado.
No puedo cambiar lo que hice ni lo que me hicieron, las disculpas están demás y los pecados tarde o temprano nos van a alcanzar en el futuro, es inevitable ¿Entonces para qué preocuparse? No hay nadie que escape de su Karma y eso me llena de optimismo. Sé que mi destino final es la muerte, me crea un poco de ansiedad qué va a pasar desde hoy hasta ese momento, pero como no tengo forma de saberlo, mejor relajarme y dejar que todo siga el curso a lo que nuestras decisiones nos están llevando.
¿Qué, creíste que era culpa de alguien más y no de vos mismo lo que estás padeciendo?
No funciona así.
Veo mis dedos con la arena que se escapa entre ellos, pero también veo que esta arena es interminable, aún hay tiempo... Y sobretodo, entre tanta oscuridad aún veo mis dedos, y pequeños detalles, eso significa que o mis ojos se adaptan a la situación actual, o poco a poco, entre palabras que torpemente danzan en una inconexa melodía, la luz del día empieza aquí a brillar.
Lobo.