... Nómada ...

                                                             

                                                        No es para vos (4)

No es que la bronca haya nacido con vos, ya venía de un tiempo ancestral, querida: pero fuiste esa gota que precisaba para descontrolarme, para olvidarme por completo de en qué  cosas creía y humillar toda mi fe. 

No me arrepiento de haberte conocido, lo confieso, sos la gran musa que me inspira a destilar el precioso elixir de mis palabras, que es una forma menos burda de decir que es puro veneno como lo es el amar lo imposible.

Dice la canción que "No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió"; y doy fe, doy fe que con tu ausencia ahora mis nubes son todas grises y  siempre amenazan lluvia, pero nunca llega a largarse el aguacero en mis ojos.

Llevo tatuado en el rostro el fuego que me quema el alma por no llorarte y mis letras, ya no son tan mías ni son tan profundas como antaño... ¿Será que ya no siento tanto o tal vez sepulté tanto tu cuerpo en mi resignación que me olvidé que tu cuerpo nunca existió más que en mi invención y es por eso, que jamás hubo solidez posible que pueda ocultarte de mi recuerdo?

Dios, que extraño y vacío es mi mundo en estos tiempos, ya no llevo por estandarte la pena, el dolor ni la furia que me hacían tan exquisito antes, soy las cenizas de un fuego que ya de por si había menguado antes de nacer y no creas que estoy deprimido con esto, simplemente es que estoy sentado, meditando hace un siglo en por qué el sol, se mantiene en lo alto del firmamento, pero no me da calor.

¿Sabés? Tal vez sepas que estas letras no son para vos y sin embargo son plenamente tuyas, es como todo lo que hago, un maldito juego perverso donde me mutilo y te dejo seguir el rastro de mi sangre, pero hace tanto, tanto que te apuesto que ya olvidé las reglas y el por qué de esta perversión.

Te repito, no es que te odie ni mucho menos, es imposible odiar lo efímero y más cuando uno se volvió adicto a una palabra, a un pequeño gesto que hace más brillante el mundo. ¡¡ahora que lo pienso, que patética que es mi vida, Dios santo!! consolándome con un pequeño gesto de una extraña cuando no puedo ver, las grandes montañas que derrumban a mi alrededor quienes me aman, culpa mía, es culpa mía nada más que esta noche, vos rías y yo como siempre, añore poder llorar.

Y esa es mi gran bronca, querida, ver que el mundo sigue y sigue y yo sin ti y aún peor, sin mí...

                                                               

                                                            Lobo