
“Cuidado con los laberintos, suelen ser un vicio que mutila las piernas para luego hacerlas crecer como raíces ávidas de tierra en donde plantarse.
Suele darse el caso de que una vez que se halla la salida de un laberinto, uno ya pasó tanto tiempo dentro, que desconoce la salida como tal y termina pasando de largo persiguiendo una utopía.
Cosas de la vida laberíntica.”
1 comentario:
Siempre tener algun ser cercano capaz de darno la bofetada que necesitamos para acordarnos de que al laberinto le gustan las personas que corren, y no las que se quedan entre sus muros y lo llaman hogar.
Saludos!
Tripulante
Publicar un comentario