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“En teoría, no puedo escribir nada”.- Fue justamente con lo que comenzó a redactar la carta, no estaba muy segura como expresarse, ni siquiera podía ordenar de forma metódica los pensamientos que daban cierta forma a sus sentimientos.
“Las cosas ocurrieron de una forma inesperada, y aun con esto te estoy mintiendo pues deseaba en el fondo de mí que se dieran las circunstancias necesarias para que el desenlace de esta historia llegara a este punto”.- Sabía que no erraba al confesar su crimen, si es que así podía llamar a la vorágine de pasiones desatadas que albergaban su pecho, se sentía culpable y a la vez dichosa, pero de ninguna forma inocente.
“Tengo que contarte esto que me está carcomiendo y es la sombra de tu sombra, el recuerdo de tu estadía en mi vientre que ahora se encuentra ausente y la sal que mutó de mis labios a una entrega que, como estatua de sal, se deshizo para nacer una y otra vez en el sabor de tu piel”.- Ella medía el tiempo en suspiros así que no había relojes de arena ni de sol, solo eclipses en su escritorio y su mirada, bastaba el latente pulso en las venas de sus sienes para saber que el tiempo languidecía en las largas pestañas de la ensoñación. Pensaba que no hay leyendas en las tumbas del olvido, ni cuerpos inertes que puedan latir tanto como para vivir eternamente. Pasarían las estaciones y así como el temblor de ayer es ahora tan solo quietud, el maremoto de sensaciones y pensamientos de hoy mañana sería una foto resquebrajada en blanco y negro.
“Deberías saber que te pienso, deberías saber que no me atrevo a sepultarte en el ayer pues temo que si lo hiciera, contigo se iría un fragmento importante de misma, que es soñar”.- Releyendo estas pocas líneas consideró que era demasiada entrega destinada a solamente un fantasma, siempre es más fácil abrir el baúl de los sentires y acunar en él los imposibles que afrontarlos hasta el extremo de ver la realidad de saberse enamorada de una ilusión que se intuye cierta.Resopló ofuscada, dio por perdida la oportunidad que se había dado para escribirle a su sombra, entonces se dejó llevar por su oscuridad y sin pronunciar sonido alguno, gritó el silencio en letras escritas con sangre aun fresca:
-“Te odio, juro por lo más sagrado que tengo que te odio. No es justo que mi boca bese otras mil salvo la tuya y que encima, tus labios sigan riendo como si la mía fuese un soplo insignificante de nada. Te odio porque es más simple odiarte que quererte y, porque justamente te quiero es que te odio, porque no me dejás quererte como quiero o puedo”.
Cerró sus ojos tratando de menguar nuevamente los latidos de su corazón, su respiración fue graduando hasta asemejar un mar en reposo y así, con calma, en silencio y ciertamente, con una sensación leve de libertad, tomó la hoja de la carta entre sus dedos para acercarla suavemente hasta la llama de la vela que ardiente, iluminaba el cuarto.
El papel y su secreto ardieron con la fiereza con que arden las pasiones, y como tales cuando se consumen, fueron dejando un su esencia mutada en humo gris y espeso, el cual fue fundiéndose en el espacio infinito hasta desaparecer completamente, permaneciendo tan solo, el aroma agridulce de la soledad..
Salud, gente.
Lobo.
1 comentario:
es muy breve
Rocamora
Leon_rocamora
quien es? el los trajo a todos a mi flog
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