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Es extraño el mundo de la mente humana y sus caprichos, nunca estuve muy seguro donde empezaba el límite de la realidad y donde terminaba el de los sueños.
El lector avezado pensará que la consigna debería haber sido planteada al reves, o sea que los sueños iban primero y las realidades a lo último, como para dar énfasis a que uno vive en el mundo real ¿mundo real? ¿Qué es el mundo real después de todo sino la magica ensoñación de lo fictisio?
Lo bueno de esto es que imagino que pocos saben de mi existencia en este mundo entonces no me abstengo de romper todas las reglas y delimitar mi verba a mi placer.
Lo malo es que no le encuentro ya mucho sentido a nada, sobretodo a actuar de forma catárquica hasta el extremo de vaciarme de algo que nunca me lleno por ser desconocido. ¿Lo desconocido no llena? No lo sé... Uno intuye cosas, como sombras que se ven a traves del cristal que no separa de la noche y sin embargo...
Mejor no hablar de ciertas cosas, al fin de cuentas nada es eterno "¿Acaso no lo sabías?"- Me había susurrado una vez el abismo para luego gritarme por dentro del tímpano: "Todo tiene un final!!"
Y quizás esto me habría destrozado la cabeza un poco menos que el corazón, si no fuese que este mismo ya latía ajeno a mis palpitaciones, apenas era un suspiro sin definición, la leve llama no extinta del todo pero tan, tan pasajera como el suave silvido del viento en las copas de los árboles que engaban a estrellarse en bienvenida ni agonía.
No me creas, mi mejor mentira fue decir que nunca miento, mi peor error fue creerlo a pie juntillas.
Como sea, estas son confesiones de un invierno que se va. Son lágrimas sin derramar. Es una mirada al vacío de mi propia coraza y lo nunca dicho aunque siempre gritado. Tan sólo un destello.
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