No es para vos (6)
Prendí un cigarrillo y miré el reloj, tanto como la una de la mañana, y que extraño es que hace tan poco había corroborado el horario y eran las 17,00 horas.
Es increíble como pasa el tiempo a veces, cuando uno está ensimismado en sus asuntos, en sus sueños, miedos o esperas. O en las dudas; a tu salud querida lágrima, Beberé para olvidarme, u olvidarte o para aplacar las voces; esas fatídicas voces que saben tan bien donde clavarse en mi, cuando estoy así.
No hay Dios o Diablo con ellas, sólo lobos y perros, unos más crueles que los otros pero tan parecidos, que no sabría decir quién gana. Pero todos concuerdan en una cosa: "Siempre el peor infierno es del que ríe." Y yo río a carcajadas, a sonrisas y a llantos. Más una noche como ésta, que debería ser tan preciosa al no hacer frío.
Pero que hiela tanto con tu ausencia.
Perdóname cielo, perdóname por no haber sabido ser lo que deseabas que sea y que sea esto que ves frente a vos, una vil imitación de mi mismo que otra vez, se mutila y enajena, se conmueve en la estática y que sigue teniendo esa mirada dual: un ojo triste y el otro noble y una sonrisa aniñada que tanto te suele derretir.
Perdóname por hacerte llorar y que todo un aguacero de melancolía y tristeza nuble tu altura y se desparrame por el suelo, perdóname por envidiar tu suerte, de que más de tres míseras lágrimas se desprendan de ti. Y no de mí.
Nadie sabe la suerte que suele tener de poder expresar su dicha o su tristeza, yo solamente sé ser irónico y reírme de...¿De qué? No lo sé, simplemente río porque creo que aprendí al revés las cosas: como los payazos. Aprendí a reír cuando quiero llorar, aprendí a parecer "macanudo" cuando soy un solitario. Aprendí a escribir por las noches y callar durante el día. Aprendí a odiar, porque amar duele demasiado.
Así que acá me ves, en tus sueños sonámbulos; en tus días sin noches en tu mirar sin ver. Acá me ves; mirarte mirarme mirándote. Y este silencio, y esta sonrisa, y este "está todo bien" cargado de ansiedad y griterío dentro mío, te es ajeno.
Yo te veo y vos no podés más que por mis letras y mejor así, porque si de verdad me vieras, te daría lástima y no hay peor cosa, que mendigar amor.
Ya no espero más que ver girar la rueda de la fortuna hacía mi lado, y que emerjas expectante y dichosa; alejando los malos hábitos y las brujerías profanas. Que el verdadero amor renazca de las cenizas y que esté ahí, sea quién sea, a quién he buscado por tantos siglos, en esta y en todas mis vidas.
Que resurja como bálsamo, como música en las alas, como vuelo en el horizonte y que esta vida hasta ahora conocida, sea un mal sueño dentro de un sueño y Vos, fragmento de mi alma desgarrada, tomes en tus brazos mi cuerpo agotado y completes el ciclo para terminar con esta milenaria soledad.
Lobo